domingo, 11 de septiembre de 2011

El Diletante entre los Simbolos

Contar cuentos ha sido, a través de las edades, un asunto serio y, a la vez, una amena diversión. Año tras año, se conciben, se ponen por escrito y se devoran cuentos. ¿Qué suerte corren luego? Unos pocos perviven, y éstos, como una dispersión de semillas, son impulsados por el viento a través de las generaciones, propagando nuevos cuentos y brindando nutrimento a muchos pueblos. La mayor parte de nuestra propia herencia literaria nos ha llegado de esta manera, desde épocas remotas, desde distantes, extraños rincones del mundo. Cada poeta añade algo de la sustancia propia de su propia imaginación, y las semillas se nutren y retornan nuevamente a la vida. Su poder germinativo es perenne; sólo espera que se lo toque. Y así, aun cuando de tiempo en tiempo algunas variedades parecen haber muerto por entero, un día reaparecen, emiten otra vez sus brotes característicos, tan vivas y verdes como antes.

El cuento tradicional y los temas emparentados con él han sido estudiados exhaustivamente desde los puntos de vista del antropólogo, el historiador, el especialista en literatura y del poeta, pero el psicólogo ha tenido sorprendentemente poco que decir, por más que tenga su propia y válida reivindicación de voz en este simposio. La psicología proyecta un haz de rayos X sobre las imágenes de la tradición folklórica, sacando así a la luz vitales elementos estructurales que antes habían estado en las tinieblas. La única dificultad es que la interpretación de las formas puestas de manifiesto no puede reducirse a un sistema confiable. Porque los auténticos símbolos están envueltos en algo imposible de delimitar. Son inagotables en su poder de sugestión y de enseñanza.-
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El método-o, mejor dicho, el hábito- de reducir lo que no es familiar a lo que es bien conocido, es un antiguo, muy antiguo modo de frustración intelectual. El resultado es el dogmatismo esterilizante, prietamente envuelto en una autocomplacencia mental, una segura convicción de superioridad.
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El enfoque psicológico del enigma del símbolo, el designio de extraer de él los secretos de su hondura, no puede sino fracasar si la inteligencia escrutadora se niega a consentir en la posibilidad de que le enseñe algo la apariencia viviente del objeto que se encuentra sometido a su atención. La disección, sistematización y clasificación no están mal, pero no suscitan una conversación por parte del especímen al que se aplican. El investigador psicológico tiene que estar pronto para dejar de lado su método y sentarse para una charla prolongada. Luego, tal vez, encontrará que no le agrada o no le encuentra empleo a su método. Este es el método del diletante, en cuanto se distingue de la técnica de ese más augusto caballero que es el decoro científico.
Lo que caracteriza al diletante es su deleite en el carácter siempre preliminar de su comprensión que jamás culmina. Pero ésta, en ùltimo término, es la única actitud adecuada ante las figuras que nos han llegado desde el pasado remoto, sea en las épicas monumentales de Homero y Viasa o en los encantadores cuentecillos fantásticos de la tradición folklórica. Son los óraculos perennes de la vida. Hay qeu volver a interrogarlos de nuevo, en cada edad, pues cada edad se acerca a ellos con su propia variedad de ignorancia y sus propias preguntas inevitables. Porque los patrones de la vida que hoy tenemos que tejer no son los mismos que los de cualquier otro día; las hebras que hay que manejar y los nudos que hay que desenredar difieren en gran manera de los del pasado. Las respuestas que ya se dieron, por consiguiente, es imposible hacerlas servir para nosotros. Los poderes tienen que ser consultados otra vez directamente, otra vez, otra vez, y otra vez. Nuestra tarea primaria es aprender, no tanto lo que se dice que ellos dijeron, sino cómo abordarlos, cómo suscitar en ellos un lenguaje nuevo y cómo comprender ese lenguaje


De: El Rey y el Cadáver- Cuentos Psicológicos sobre la Conquista del Mal -Heinrich Zimmer- Ed. Marymar 1977

lunes, 5 de septiembre de 2011

Brujas

Aquí va, muy resumida esta leyenda, para que disfruten reflexionando.

Es una aventura en la que gran parte de la hazaña corresponde al rey Arturo, pero el papel principal corresponde a Sir Gawain.

Esta es:

El rey había salido a cazar con su séquito, entre los que se encontraba Sir Gawain. Arturo se mete solo en el bosque matando un ciervo y en ese momento se le aparece un hombre corpulento que toma la muerte del ciervo y otras cuestiones anteriores, como una afrenta.
Este hombrón, en lugar de darle muerte de inmediato a Arturo, decide perdonarlo si en el plazo de un año el rey vuelve al mismo lugar con esta pregunta resuelta:

¿Que es lo que una mujer más desea en el mundo?

Apenado pues corre riesgo su vida, Arturo le cuenta lo sucedido a Gawain, que decide ayudarlo emprendiendo ambos una larga travesía a caballo hacia reinos y tierras extrañas, hacia el norte, el sur, el este y el oeste preguntando a todos los hombres y las mujeres que encontrasen.

El rey tomó un camino, y Gawain tomó otro,
Y preguntaron a hombres, mujeres, y a otros,
Qué es lo que las mujeres desean con más afán.
Algunos dijeron que les gusta estar bien adornadas,
Algunos dijeron que les gusta que las alaben galantemente;
Algunos dijeron que les gusta un hombre rijoso,
Que las tome en sus brazos y que las bese luego;
Algunos dijeron una cosa; algunos dijeron otra;
Y así Gawain hubo muchas respuestas.


Faltando aún un mes para dar la respuesta apropiada a quien le perdonaría la vida, y temiendo que el libro con todas las respuestas no contuviera la apropiada, el rey montó su caballo y se metió en el bosque.

Allí se encontró con la bruja más fea que la Humanidad haya visto nunca: Cara bermeja, nariz llena de mocos, boca ancha, dientes amarillos y que asomaban sobre el labio, un pescuezo largo y flaco, tetas pesadas y caídas. Pero a sus espaldas llevaba un laúd y estaba montada en un caballo adornado ricamente. Parecía una reina.

Doña Ragnell era el nombre de la bruja.

Y a bocajarro le dice a Arturo que ninguna de las respuestas que obtuvo, es la correcta. Le ofrece su ayuda a cambio de…….. que le dé en matrimonio al apuesto Gawain.
Arturo se desespera pues no era plan para su mejor caballero casarse con semejante bruja, pero consultándolo con Gawain éste accede.

Así, el rey obtiene la respuesta correcta de manos de Doña Ragnell:
“Señor, ahora sabréis lo que las mujeres más desean de cuanto existe: Respecto de los hombres deseamos, más que cualquier cosa, tener la soberanía”.

Con esto salva su vida, pero ahora debe casar públicamente a la bruja horrorosa con su querido sobrino, Gawain, y ella no se conformaba con una boda modesta.

Llegado el día de la boda, todos los habitantes lamentaban el destino de Gawain y se horrorizaban las damas llorando en sus cámaras.

En el banquete Ragnell no se anduvo con chiquitas: comió y bebió y eructó a lo bestia… y todos temían por la vida de Gawain llegado al lecho nupcial.

Esa noche, ya en la cama, sir Gawain no pudo al principio decidirse a dar vuelta su rostro para quedar frente al hocico poco apetitoso de su consorte. Pero después de un rato, ella le dijo: “¡Ah, sir Gawain, puesto que soy casada con vos, mostradme vuestra cortesía en el lecho Si yo hubiera sido hermosa, no os comportarías de esa manera; no das cuenta ninguna del lazo conyugal. Por consideración a Arturo, besadme por lo menos; os lo ruego, hacedlo por mí, vamos, mostrad lo apasionado que podéis ser!”.
El cumplido caballero y leal sobrino del rey apeló a todo su coraje y gentileza. “Haré más”, dijo con toda amabilidad, y se giró hacia ella.
Y vio que era la mujer más sobremanera hermosa que jamás había visto nadie.
Ella dijo: “¿Cuál es vuestro deseo?”
“¡Por Jesucristo!”, dijo él “¿Quién sois?”
“Señor”, dijo ella, “soy vuestra esposa”…. “mi belleza no durará. Podéis tenerme así, pero tan sólo la mitad del espacio del día. Y vos debéis elegir si preferís tenerme hermosa de noche y fea de día ante los ojos de los hombres, o hermosa de día y fea de noche en la alcoba”.
“Ay”, replicó Gawain, “la elección es difícil. Teneros hermosa de noche y sólo entonces, apenará mi corazón; pero si decidiera teneros hermosa de día, entonces, de noche tendré un lecho de piedra. Quisiera elegir lo mejor; sin embargo, no sé qué decir. Querida señora, que sea como vos más lo deseéis; dejo la elección en vuestras manos. Mi cuerpo y mis bienes, mi corazón y todo lo demás, son vuestros, para hacer de ellos lo que queráis, tomarlos o dejarlos: ¡así lo juro ante Dios!”

“Ah, loado sea Dios, caballero”……………” porque ahora quedo libre de mi encantamiento, y me tendréis hermosa y atrayente de día y de noche”.


Fuente: H.Zimmer “El rey y el cadáver” Cuentos psicológicos sobre la conquista del mal. Ed.Marymar. 1977

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¿Damos cabida a la figura de Doña Ragnell o nos escapamos de ella porque es “fea”, una bruja devoradora?.


Doña Ragnell es una imagen de los procesos de la psique. Recordemos que la psique no es una "cosa", sino un proceso.

Solemos asustarnos mucho cuando éstos, que son autónomos, aparecen.

Queremos dominarlos y acallarlos. Hasta tomamos píldoras!, nos aferramos a relaciones o las destruímos, culpando a los demàs de los horrores y calvarios por los que pasamos.
Si tan siquiera pudiéramos, como Gawin, darle su espacio, se rompería el “hechizo ilusorio".

Besar la Bruja, o la Princesa es el comienzo de una prometedora vinculaciòn con nuestro propio desarrollo.


lunes, 14 de febrero de 2011